La Eskrima Filipina.
Aunque su origen está fundamentado en las armas de filo, espadas, dagas, machetes, etc, los estilos de lucha filipinos han sufrido grandes cambios a lo largo de su historia debido a las continuas invasiones de múltiples culturas y potencias externas. El uso de las armas de filo como tales, y por tanto la metodología de aprendizaje de su manejo y entrenamiento, sufrió un parón debido a las prohibiciones que las permanentes potencias extranjeras impusieron a los pobladores de las islas, la causa no era otra que la de mantener el control y reducir las posibilidades de sublevación por parte de los indígenas filipinos que habían vendido cara su conquista demostrando gran habilidad y destreza en el campo de batalla.
Lejos de abandonar sus tradiciones y sus artes de lucha, los nativos filipinos adaptaron sus artes de combate para poder mantener su destreza y su preparación, a pesar de la prohibición, usando objetos aparentemente más inofensivos, en este caso, palos de diferentes tamaños y características, maderas como rattan, bahi o kamagong fueron empleadas para mantener la técnica y adiestrar a las siguientes generaciones en las artes de combate tradicionales. Con la utilización de los palos, en lugar de las armas de filo, los nativos descubrieron que lejos de limitar su capacidad para aplicar la técnica ya conocida, el palo aportaría sus propias características a la metodología y la aplicación de la misma, dando más posibilidades que eran inaplicables con las armas de corte. Con esto, un nuevo abanico de posibilidades y aplicaciones apareció y el aparente obstáculo inicial se convirtió en una ventaja. Los nuevos enfoques y conceptos desarrollados con el uso de los palos, permitían la traslación de las técnicas a cualquier objeto, incluidas las armas de filo o incluso a la lucha a mano vacía, con lo que un nuevo elemento de trabajo se añadía al repertorio de armas y distancias que la eskrima abarcaba.
Hoy en día, el aprendizaje de la eskrima pasa por el adiestramiento en varias armas y sus fundamentos, sólo palo, doble palo, cuchillo y armas de corte, mano vacía y así un largo etc que abarca infinidad de elementos a los que los conceptos de la eskrima pueden aplicarse.
¿Por qué Eskrima?
Hoy en día, con una sociedad en la que la necesidad de protección y autodefensa es algo que no escapa ya a la conciencia social, la eskrima viene a ocupar su propio lugar en la formación del individuo en métodos y conceptos de defensa personal real y aplicables, con el elemento añadido de tener en cuenta la importancia de los elementos externos, cualquier objeto, que ayudan a un posible agresor o auxilian a un agredido.
La eskrima, además, proporciona el aprendizaje en un arte tradicional de combate, con todo lo que eso implica, la etiqueta, los valores del respeto, el honor y la caballerosidad están implícitos en la enseñanza correcta de cualquier disciplina de lucha, sumergiéndonos en un mundo de tradición y disciplina personal.
Entre los beneficios destacables que proporciona la práctica de esta disciplina, podemos encontrar, el aumento de la coordinación, integración hemisférica relacionada con el desarrollo del ambidextrismo, mejora y tonificación física general y con ello, mejora de los niveles de presión sanguínea, eliminación de estress, mejora de la capacidad de concentración, mejora de la capacidad de reacción, mejora del control de la ansiedad y el miedo al enfrentarnos de forma gradual y controlada al aumento de la intensidad de la acción, mejora en la coordinación motriz, sensación permanente de bienestar debido a la generación de niveles importantes de adrenalina y serotoninas, mejora de la conciencia del espacio y utilización del ritmo y el tiempo, y así, una interminable lista de capacidades y cualidades que la práctica nos proporciona y que sería complicado relacionar en su totalidad, pero que abarcan aspectos tan diversos como la elaboración de estrategias, el estudio anatómico del cuerpo y su funcionamiento en situaciones de presión y estress, la traslación de los fundamentos aprendidos para mejorar el aprendizaje de otras disciplinas o prácticas, etc.
¿Cómo se estructura la formación?
La enseñanza de la eskrima está pensada para comenzar con la reeducación en los patrones corporales del individuo, mostrando en primer lugar, y por propia experiencia personal, la descoordinación natural que todos tenemos cuando intentamos realizar acciones complejas en las que está involucrado todo el cuerpo.
Los programas de alumno, estructurados en seis fases hasta el nivel de instructor, van añadiendo complejidad de forma sucesiva a los conceptos que subyacen durante toda la formación y en el corazón de la eskrima como disciplina. La coordinación total del cuerpo y su implicación en la acción, tanto para ejecutar los ataques/respuestas, como para entender, interpretar y asimilar la información que nos viene en forma de acciones por parte del compañero de entrenamiento, son los objetivos primarios a desarrollar en la práctica, usando los recursos y herramientas necesarias para implementar respuestas y patrones de acción en el individuo.
El estudiante, además, puede optar a la posibilidad de probar su entrenamiento en combates con diferentes niveles de intensidad y realismo, donde aparecen elementos que no pueden proporcionarse con la simple práctica en clase y que son, hasta cierto punto, fundamentales para tener cierta seguridad en nuestra evolución personal, cuestiones como la ansiedad y el estado de euforia que proporciona la adrenalina en combate, hacen que nuestras capacidades de razonar y analizar se vean seriamente mermadas, lo que, unido a la rapidez de la acción, que no deja “espacio” para el razonamiento, nos coloca en una situación donde sólo la corrección en la práctica, y la asimilación efectiva del trabajo de clase, nos permitirá salir airosos y enriquecidos con la experiencia.
Objetivos.
El objetivo de la eskrima es aportar una serie de beneficios, experiencias y cualidades con el fin de complementar la formación del individuo. Al margen de los evidentes beneficios que aporta como método de defensa personal, nos encontramos con un arte que es producto de una rica tradición cultural que ha sido salpicada con las aportaciones de otras varias culturas muy relevantes en cada momento de la historia. Así, podemos encontrar trabajo propio de las disciplinas marciales y tradicionales chinas, japonesas, españolas, en su aportación de toda la tradición guerrera que alcanza su máxima expresión en el arte de la esgrima de espada y sable, etc. Todo este elenco de prácticas, tradiciones y fundamentos, además de una prueba irrefutable para cualquier estilo de lucha tradicional como es el haber sido probado durante cientos de años en combates reales por la supervivencia, proporcionan al estudiante moderno una visión más abierta, global y completa del arte de la eskrima